¿Qué es la medicina social?

El rasgo distintivo de la medicina social es reconocer que la estructura de la sociedad, en interrelación con la cultura y la acción de los actores, influencia profundamente quién va a estar sano y quién va a enfermarse o a morir, cómo y de qué.

Estudia a las poblaciones como colectivos y no simplemente como una suma de individuos aislados.

Se centra en la salud y en la enfermedad de grupos sociales que viven y trabajan de maneras específicas, y no en las enfermedades clínicas.

Examina la lógica interna y el papel social de las instituciones de salud. Mira a la salud y a la enfermedad de una manera dialéctica y dialógica y entiende que la atención de la salud es parte de un proceso histórico y social.

Enfatiza el hecho de que los procesos sociales e históricos tienen un peso importante en la relación: base material –orden simbólico– acciones en salud, tanto para los individuos como para los grupos sociales. La praxis, el entretejido de teoría y el activismo político, permite abordajes teóricos a la salud que no describen meramente la realidad, sino que promueven justicia social y mayor equidad, además de defender a la salud como derecho.

Busca desarrollar una metodología que enriquezca la investigación cuali y cuantitativa con perspectivas históricas, culturales y que considere las acciones de las colectividades. Haciendo esto intenta superar las limitaciones de un abordaje positivista y reduccionista, común tanto a la clínica médica tradicional, como a la salud pública.

Posee un rico legado histórico, los actuales debates sobre las desigualdades de la salud y la equidad han sido impulsados por la medicina social.

Asume que cualquier discusión sobre salud es hoy, inevitablemente, internacional y política.